Troyano Bancario

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Los troyanos bancarios representan una categoría sofisticada de malware diseñada específicamente para comprometer la seguridad financiera de individuos y organizaciones. Estos programas maliciosos han evolucionado significativamente desde sus primeras manifestaciones y se han convertido en una amenaza persistente en el panorama cibernético. El término "troyano bancario" se deriva de su modus operandi, que implica engañar a los usuarios para que instalen el malware, a menudo disfrazado de aplicaciones legítimas o archivos aparentemente inofensivos.

Funcionamiento:

El funcionamiento de los troyanos bancarios ha experimentado una evolución constante. Inicialmente, se propagaban principalmente a través de correos electrónicos de phishing, que contenían archivos adjuntos maliciosos o enlaces engañosos. Con el tiempo, los métodos de distribución se han diversificado para incluir descargas maliciosas, exploits y tácticas más avanzadas de ingeniería social. La infiltración exitosa de estos troyanos suele depender de la falta de conciencia y precaución por parte de los usuarios, quienes pueden verse inducidos a ejecutar el malware creyendo que están interactuando con contenido legítimo.

Una vez instalado en el sistema de la víctima, el troyano bancario busca permanecer sigiloso y persistente. Puede utilizar técnicas de evasión, como la ofuscación de código, para eludir la detección por parte de soluciones de seguridad. Además, establece una conexión con servidores de comando y control (C2), permitiendo a los atacantes tener control remoto sobre los sistemas infectados. Esta capacidad de control remoto proporciona a los delincuentes la oportunidad de realizar diversas acciones maliciosas, como la recopilación de información sensible, la manipulación de contenidos web y la instalación de otras cargas útiles maliciosas.

Motivación:

La principal motivación detrás de los troyanos bancarios es financiera. Los ciberdelincuentes buscan obtener beneficios económicos a expensas de usuarios desprevenidos y organizaciones. El robo de credenciales bancarias, datos de tarjetas de crédito y otra información financiera sensible constituye el núcleo de sus objetivos. Estos datos pueden ser utilizados para realizar transacciones fraudulentas, transferencias de fondos no autorizadas y, en algunos casos, facilitar ataques de ransomware.

Los troyanos bancarios también han demostrado ser una herramienta efectiva para la distribución secundaria de otros tipos de malware. Actúan como una puerta trasera, permitiendo a los atacantes introducir y ejecutar cargas útiles adicionales, como ransomware, aumentando así la gravedad y el impacto de los ataques.

Historia:

La historia de los troyanos bancarios se remonta a los primeros años de la década del 2000, y desde entonces, han experimentado una constante evolución en términos de complejidad y capacidad técnica. Los desarrolladores de malware están en constante búsqueda de nuevas técnicas para eludir las defensas de seguridad y maximizar sus ganancias.